El yo dividido.
Por Ronald Laing:
A través de la terapia mucho más relacional, profunda y humana, podemos lograr una diferencia en la terapia con los pacientes sin tener que encerrarlos más en la enfermedad que lo aqueja, formando así una nueva concepción de la terapia la cual Laing rescata en este libro con los pacientes esquizofrénicos y su contexto familia.
Laing , habla sobre un nuevo modelo de terapia y se centra en este libro sobre los fundamentos existenciales-fenomenológicos en la comprensión de la psicosis, viendo desde primer el primer rabillo la relación del terapeuta con el paciente cuanto a persona y no a cosa que solo se diagnostica y trata por alguna complejidad X, primeramente la idea de un nuevo concepto abarca tanto a la forma de tratar al paciente como la forma en que va a tratar el terapeuta o psicólogo, este debe aprender a escuchar todo el discurso y sus matices esto significa que desde nuestra condición de “cuerdo” y él loco, nuestra relación no podrá cambiar, por lo cual debe haber un esfuerzo para captar y alcanzar los términos que el esquizofrénico intento demostrar desde su propio mundo y no juzgarlo desde nuestra propia categoría porque para él no valen, se debe reconocer su carácter distinto, sus diferenciaciones, su separación, su soledad y su desesperación dentro de su condición no criticándolo desde el nuestro si no que escuchando, de forma empática-comprensiva siendo aporte a sus términos .
Volviendo al punto de vista fenomenológico-existencial, damos cuenta de la experiencia que la persona tiene con el mundo y de sí mismo, de su propia condición como un aislante de lo demás ya que su condición de esquizoides los mantiene en una disyuntiva dividida de relación con su mundo y el de consigo mismo, no puede experimentarse de ambas cosas juntas, una de otra, sino que solo experimentan desde su soledad y aislamiento; para poder ver las problemáticas de los esquizofrénicos, Laing plantea que desde la psiquiatría y psicopatología no se puede ver, ya que estos ponen una distancia con el paciente esquizoide y reducen el significado de su vida a un diagnostico o entidad clínica limitante, si yo veo al otro como persona, lo veo como un responsable, capacitado de elección, si lo veo como un organismo se detona una complejidad en cuanto atómico, molecular, celular y de sistema, la conducta se entiende forma distinta en cada modo.
Se describe a la psicosis como una pérdida de contacto con la realidad, “vocabulario de denigración” , hay personas consideradas sanas cuyas mentes están enfermas y que pueden ser peligrosas para sí mismas, según el autor hay un fenómeno curioso en cuanto a la personalidad en la cual el individuo parece ser el vehículo de una personalidad que no es la suya propia, la personalidad de algún otro pareciera “poseerlo a él” mientras que la personalidad propia pareciera haber desaparecido o huido temporalmente. Se entienden tales conductas como los síntomas del paciente a su enfermedad o como la expresión de su existencia, esto nos orienta a nosotros como persona para dejar abierta la posibilidad de comprensión, de comprender los aspectos de su ser en cuanto expresivos de su modo de ser en el mundo, poder reconocer la deformación de su ego, sus defectos esquizofrénicos, trastorno de pensamiento, memoria y percepciones, etc. El terapeuta según Laing debe complementarse de sus propias posibilidades psicóticas sin renunciar a su cordura para comprender la posición existencial de su paciente.
El ser esquizoide se siente desgarrado, entre el deseo de revelarse a sí mismo y ocultarse a sí mismo, si deja de fingir lo que no es y pasa a ser la persona que ha llegado a ser, vive de forma existencialmente verdadera, es el fin de comunicar y reconocer lo que es estar “loco”, la persona esquizofrénica comienza a vivir en un mundo propio pero no significa que pierda contacto con la realidad, pues es la realidad lo que les afecta más que a otro, no está volviendo retraído o indiferente pero ya no puede compartir su experiencia con los demás porque su forma de expresar no es entendible a los “cuerdos”. Hay formas de angustia que hacen sentir ontológicamente insegura a la persona: Ser tragado, cada una de las relaciones amenaza con la pérdida de identidad al individuo, y la maniobra para esquivar esto es el aislamiento.
La implosión. Es un choque de la realidad, el individuo se siente vacío, cualquier contacto con la realidad lo ve como una amenaza porque es implosiva y puede borrar la identidad.
La petrificación y despersonalización: es una parálisis, temor a convertirse en una piedra, robot, cosa muerta, etc. Niega la autonomía de las otras personas, ignora sus sentimientos y los considera una cosa.
La psicoterapia que expresa Laing, debe ser entre dos personas que quieran recuperar la totalidad del ser humano enfermo, siendo primeramente el paciente aceptado en el presente, y no cambiado por estar enfermo, lo cual perturba aún más su condición mental, en este punto: el hombre debe alejarse de la normalidad siendo la locura la que permite una adecuada canalización en el estar y ser, ve la condición esquizofrénica como una suerte de estrategia para poder vivir situaciones vitales insoportables.
“La esquizofrenia no puede entenderse sin comprender la desesperación” (Ronald Laing, 1955)
Reflexión:
Actualmente en nuestra sociedad vivimos una carencia en el trato que tiene el psicólogo o terapeuta con el paciente, se les diagnostica de forma rápida y “eficaz” creyendo que solo con eso el paciente se sentirá mejor, si hay personas que al estar enfermas lo primero que quieren saber es “que es lo que tienen“ pero eso no significa que uno sacara el diagnostico al ojo y le dirá algo que a lo largo de la terapia será erróneo, enjuiciar o etiquetar a un paciente bajo un trastorno medico puede incluso sugestionar a la persona perjudicando aún más el primer análisis, siempre es necesario reunir y comprender toda la información y contexto desde el cual el consultante está hablando y expresando su condiciones, Laing intenta mostrar eso con el caso de las personas esquizofrénicas las cuales al ser diagnosticados bajo ese término automáticamente son aislados de la sociedad y ellos aún más se alejan de esta , es por la simple forma en que se imparte la terapia en donde puede hallarse el cambio, puede lograr una concepción más abierta, más segura y humana para quien está enfermo o trastornado, que el paciente quiera saber su diagnóstico de manera rápida no significa que quiera ser tratado bajo esa misma condición empeorando su concepción de realidad y del porque esta asó, es comprender la necesidad del otro y darle a entender que bajo nuestra cautela como psicólogos entenderemos cada matiz de su punto de vista ante lo que le sucede. Esto es algo muy criticado en la actualidad, generalmente en psicológicos infantiles que lo primero que hacen es derivar a un niño porque es hiperactivo, al psiquiatra para recetarle pastillas cuando inclusive , muchas veces, no es necesario porque no existe tal hiperactividad sino más bien una confusión entre términos, la Nueva escuela de psicología, sea la rama en la que se ejerza cada alumno debe salir con la capacidad de poner notar estas pequeñas diferencias de diagnósticos oyendo primeramente todo el discurso del paciente, aprender a escuchar es lo principal que debemos atender como psicólogos y terapeutas, una forma que se ha ido perdiendo a lo largo de los años tanto por culpa de la poca preocupación del gobierno por dar más espacio a la salud mental, como a los que ejercen esta profesión por años y que han ido perdiendo el rumbo de su propósito de ayudar a los demás bajo la escucha.
A través de la terapia mucho más relacional, profunda y humana, podemos lograr una diferencia en la terapia con los pacientes sin tener que encerrarlos más en la enfermedad que lo aqueja, formando así una nueva concepción de la terapia la cual Laing rescata en este libro con los pacientes esquizofrénicos y su contexto familia.
Laing , habla sobre un nuevo modelo de terapia y se centra en este libro sobre los fundamentos existenciales-fenomenológicos en la comprensión de la psicosis, viendo desde primer el primer rabillo la relación del terapeuta con el paciente cuanto a persona y no a cosa que solo se diagnostica y trata por alguna complejidad X, primeramente la idea de un nuevo concepto abarca tanto a la forma de tratar al paciente como la forma en que va a tratar el terapeuta o psicólogo, este debe aprender a escuchar todo el discurso y sus matices esto significa que desde nuestra condición de “cuerdo” y él loco, nuestra relación no podrá cambiar, por lo cual debe haber un esfuerzo para captar y alcanzar los términos que el esquizofrénico intento demostrar desde su propio mundo y no juzgarlo desde nuestra propia categoría porque para él no valen, se debe reconocer su carácter distinto, sus diferenciaciones, su separación, su soledad y su desesperación dentro de su condición no criticándolo desde el nuestro si no que escuchando, de forma empática-comprensiva siendo aporte a sus términos .
Volviendo al punto de vista fenomenológico-existencial, damos cuenta de la experiencia que la persona tiene con el mundo y de sí mismo, de su propia condición como un aislante de lo demás ya que su condición de esquizoides los mantiene en una disyuntiva dividida de relación con su mundo y el de consigo mismo, no puede experimentarse de ambas cosas juntas, una de otra, sino que solo experimentan desde su soledad y aislamiento; para poder ver las problemáticas de los esquizofrénicos, Laing plantea que desde la psiquiatría y psicopatología no se puede ver, ya que estos ponen una distancia con el paciente esquizoide y reducen el significado de su vida a un diagnostico o entidad clínica limitante, si yo veo al otro como persona, lo veo como un responsable, capacitado de elección, si lo veo como un organismo se detona una complejidad en cuanto atómico, molecular, celular y de sistema, la conducta se entiende forma distinta en cada modo.
Se describe a la psicosis como una pérdida de contacto con la realidad, “vocabulario de denigración” , hay personas consideradas sanas cuyas mentes están enfermas y que pueden ser peligrosas para sí mismas, según el autor hay un fenómeno curioso en cuanto a la personalidad en la cual el individuo parece ser el vehículo de una personalidad que no es la suya propia, la personalidad de algún otro pareciera “poseerlo a él” mientras que la personalidad propia pareciera haber desaparecido o huido temporalmente. Se entienden tales conductas como los síntomas del paciente a su enfermedad o como la expresión de su existencia, esto nos orienta a nosotros como persona para dejar abierta la posibilidad de comprensión, de comprender los aspectos de su ser en cuanto expresivos de su modo de ser en el mundo, poder reconocer la deformación de su ego, sus defectos esquizofrénicos, trastorno de pensamiento, memoria y percepciones, etc. El terapeuta según Laing debe complementarse de sus propias posibilidades psicóticas sin renunciar a su cordura para comprender la posición existencial de su paciente.
El ser esquizoide se siente desgarrado, entre el deseo de revelarse a sí mismo y ocultarse a sí mismo, si deja de fingir lo que no es y pasa a ser la persona que ha llegado a ser, vive de forma existencialmente verdadera, es el fin de comunicar y reconocer lo que es estar “loco”, la persona esquizofrénica comienza a vivir en un mundo propio pero no significa que pierda contacto con la realidad, pues es la realidad lo que les afecta más que a otro, no está volviendo retraído o indiferente pero ya no puede compartir su experiencia con los demás porque su forma de expresar no es entendible a los “cuerdos”. Hay formas de angustia que hacen sentir ontológicamente insegura a la persona: Ser tragado, cada una de las relaciones amenaza con la pérdida de identidad al individuo, y la maniobra para esquivar esto es el aislamiento.
La implosión. Es un choque de la realidad, el individuo se siente vacío, cualquier contacto con la realidad lo ve como una amenaza porque es implosiva y puede borrar la identidad.
La petrificación y despersonalización: es una parálisis, temor a convertirse en una piedra, robot, cosa muerta, etc. Niega la autonomía de las otras personas, ignora sus sentimientos y los considera una cosa.
La psicoterapia que expresa Laing, debe ser entre dos personas que quieran recuperar la totalidad del ser humano enfermo, siendo primeramente el paciente aceptado en el presente, y no cambiado por estar enfermo, lo cual perturba aún más su condición mental, en este punto: el hombre debe alejarse de la normalidad siendo la locura la que permite una adecuada canalización en el estar y ser, ve la condición esquizofrénica como una suerte de estrategia para poder vivir situaciones vitales insoportables.
“La esquizofrenia no puede entenderse sin comprender la desesperación” (Ronald Laing, 1955)
Reflexión:
Actualmente en nuestra sociedad vivimos una carencia en el trato que tiene el psicólogo o terapeuta con el paciente, se les diagnostica de forma rápida y “eficaz” creyendo que solo con eso el paciente se sentirá mejor, si hay personas que al estar enfermas lo primero que quieren saber es “que es lo que tienen“ pero eso no significa que uno sacara el diagnostico al ojo y le dirá algo que a lo largo de la terapia será erróneo, enjuiciar o etiquetar a un paciente bajo un trastorno medico puede incluso sugestionar a la persona perjudicando aún más el primer análisis, siempre es necesario reunir y comprender toda la información y contexto desde el cual el consultante está hablando y expresando su condiciones, Laing intenta mostrar eso con el caso de las personas esquizofrénicas las cuales al ser diagnosticados bajo ese término automáticamente son aislados de la sociedad y ellos aún más se alejan de esta , es por la simple forma en que se imparte la terapia en donde puede hallarse el cambio, puede lograr una concepción más abierta, más segura y humana para quien está enfermo o trastornado, que el paciente quiera saber su diagnóstico de manera rápida no significa que quiera ser tratado bajo esa misma condición empeorando su concepción de realidad y del porque esta asó, es comprender la necesidad del otro y darle a entender que bajo nuestra cautela como psicólogos entenderemos cada matiz de su punto de vista ante lo que le sucede. Esto es algo muy criticado en la actualidad, generalmente en psicológicos infantiles que lo primero que hacen es derivar a un niño porque es hiperactivo, al psiquiatra para recetarle pastillas cuando inclusive , muchas veces, no es necesario porque no existe tal hiperactividad sino más bien una confusión entre términos, la Nueva escuela de psicología, sea la rama en la que se ejerza cada alumno debe salir con la capacidad de poner notar estas pequeñas diferencias de diagnósticos oyendo primeramente todo el discurso del paciente, aprender a escuchar es lo principal que debemos atender como psicólogos y terapeutas, una forma que se ha ido perdiendo a lo largo de los años tanto por culpa de la poca preocupación del gobierno por dar más espacio a la salud mental, como a los que ejercen esta profesión por años y que han ido perdiendo el rumbo de su propósito de ayudar a los demás bajo la escucha.
La locura es algo de cada uno, consagración de nuestro propio conocimiento. |
Comentarios
Publicar un comentario